viernes, 12 de abril de 2013

Nadie duda de lo práctico y cómodo que es guardar archivos en internet para ahorrar espacio, pero ¿qué pasa con la privacidad y la seguridad de la información?


El ejercicio de potencias como Microsoft, Apple y Google es ir desplazando los discos físicos que almacenaban la información para pasar a un modelo de guardado remoto, de fácil acceso, que esté ligado a internet.

La pregunta es ¿a dónde van a parar todos esos archivos que día a día son guardados en la famosa ‘Nube’?

Para saber todo sobre La Nube siga este vínculo.

Resulta que las grandes compañías tienen gigantescos discos duros que sirven para almacenar estos centenares de miles de archivos que se van creando día a día.

Imagine lo siguiente: una bodega con metros y metros cuadrados que contiene una estantería de discos duros que a la vista parece infinito: estos sitios son conocidos como “Data Center” (centros de datos”).

Ahí, en esos descomunales galpones informáticos, va a parar ese archivito de Word con la cartica que redactó para salirse de su banco actual y que guardo celosamente en la Nube.

Surgen algunas dudas, ¿qué pasa si algún día hay una falla en estos superdiscos? ¿quién tiene acceso a la información que está ahí almacenada? ¿cómo se puede garantizar que ese archivo con todos sus datos personales (desde su número de cédula, hasta el amor que profesa por su pareja) no será leído por alguien ajeno al usuario?

Lo primero que responden las marcas es que su compromiso es con la privacidad de los usuarios y que esa información es sagrada para ellos. El experto español Álvaro Ibáñez opinó recientemente para el diario El Pais de España que, "Si usted manda datos a un lugar esparcido por todo Internet, al haber un problema de seguridad puede caer en manos erróneas".

Básicamente, la información que está contenida en los archivos está expuesta para los hackers que están detrás de los datos personales de los usuarios. Claro, las compañías tienen rigurosos filtros de seguridad para prevenir esos ataques, pero el riesgo es latente. Constante.

Además, y sin ánimo de rayar en la paranoia, los archivos pueden ser revisados por funcionarios de Microsoft, Apple, Google, Amazon, entre otros. Y dirá usted, ¿qué le puede importar a un gerente de Microsoft los sencillos textos que hago para la empresa y que guardo en ´La Nube’?

Puede que poco, pero muchas veces se comparten datos de consumo y de transacciones de compra que sí pueden tener relevancia, en un futuro no tan lejano.

Las claves otro peligro

El manejo de las contraseñas es, si quiere, el peligro latente más importante del uso de ‘La Nube’. Para acceder a este servicio sólo se requiere tener un correo electrónico y una clave: dos datos que muchas veces como usuarios entregamos con asombrosa facilidad.

Como nunca, la discreción y manejo responsable de la información personal para configurar cuentas resultará vital. Imagine que por cualquier motivo alguien ajeno a usted tenga la clave de ingreso a su SkyDrive (el servicio de Microsoft) o sus Google Docs (de Google), podría poner en riesgo datos personales, familiares y en el peor de los escenarios empresariales.

Conozca cómo los delincuentes se apoderan de las claves de los usuarios mediante la ingeniería social, siguiendo este enlace.


El usuario expone cada vez más su información. Claro, es enteramente su decisión y las compañías son bastante claras con sus términos y condiciones de uso, además informan qué hacen que la información que guardan.

Está en cada usuario decidir qué información comparte o guarda en un archivo remoto, que parece no está en ningún lado, pero que termina en un súper bunker escondido al que muy pocos tienen acceso.

Lo cierto es que cada vez es más común que se deseche la idea de tener discos duros y se deje todo almacenado en internet. Esa es la tendencia ya que cada vez los datos multimedia que incluyen video, audio e imágenes ocupan más espacio y hacen casi imposible que un usuario o una empresa, tengan espacio físico parfa almacenar tal cantidad de información.

 


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